CINCO DÍAS 

Un informe patrocinado por compañías como BBVA, Endesa, La Caixa, Sener o Telefónica cree que las empresas deben ser más proactivas en la contratación y formación de los jóvenes

En España hay 6,5 millones de jóvenes de entre 16 y 29 años. De ellos, el 84% son inactivos porque están aún estudiando. Esto deja 1,6 millones de jóvenes que sí quieren trabajar, pero solo 382.100 tienen un empleo. El resto, 1,24 millones de jóvenes, están desempleados y son los que forman la preocupante tasa de paro juvenil del 34% (de un total de 3,7 millones de parados que existen en España). Esta tasa ha descendido casi 15 puntos desde los peores momentos de la crisis, pero aún supera casi todas las medias mundiales.

Es más, según datos aportados ayer por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, –durante la presentación del informe El camino hacia el empleo juvenil. Qué puede hacer la empresa, del Observatorio empresarial contra la pobreza– del más de medio milón de jóvenes desempleados, 700.000, no han completado ni la educación secundaria obligatoria. Esto es, el 44% de los jóvenes abandona los estudios tempranamente, según los datos de Eurostat de 2015, diez puntos más que la media europea. Según han calculado Finlandia u Holanda, el coste para el Estado de un joven que abandona tempranamente sus estudios llega a ser de dos millones de euros durante toda su vida laboral.

 Esta situación contrasta con el hecho, también apuntado por Báñez, de que el 24% de las empresas tiene dificultades actualmente para encontrar trabajadores con una determinada capacitación y que en Europa se dejaron de cubrir en el último año un millón de vacantes ante la falta de trabajadores capacitados.

¿Qué está ocurriendo en España? ¿Por qué con similares caídas de PIB que otros países europeos durante la crisis, su paro juvenil ha llegado a ser más del doble?

El profesor del IESE, Sandalio Gómez, que ha liderado la elaboración de este informe en el que han participado Ideofactum, la Fundación Tomillo y la Fundación Codespa, tiene claro el origen del problema y la solución. “Lo que distingue a España de otros casos de éxito en Europa con el empleo juvenil es la falta de capacidad de las empresas españolas para darse cuenta de que no pueden esperar a que el problema se lo arreglen otros; tienen que perder el miedo a contratar a los jóvenes y formarlos con las capacidades que necesiten”, dijo ayer. Es más, Gómez añadió que la única solución al paro juvenil es que las compañlías “se anticipen a no encontrar los profesionales que necesitan, incluso la viabilidad de las empresas dependerá de ello”.

Según este estudio –entre cuyos patrocinadores están BBVA, Endesa, la Fundación Bancaria La Caixa, Sener y Telefónica– es necesario que las empresas dejen de consideran la contratación juvenil “una media de tipo social” que no se incorpora en sus estrategias de gestión, y esto debería cambiar radicalmente. Por el contrario, hacer de la contratación de jóvenes una prioridad estratégica facilitará la incorporación de las personas con las competencias necesarias; la renovación paulatina y sin traumas de la plantilla; e incrementará la productividad y la competitividad, dice el informe.

No obstante, también exige que tanto las administraciones públicas como los centros de formación, “adapten sus contenidos a lo que la empresa necesita”.

Jóvenes en riesgo de pobreza

Esta necesdiad de una mayor implicación por parte de las empresas para erradicar el desempleo juvenil se traducirá en mitigar otro gran problema, según los patrocinadores de este estudio: el riesgo de vulnerabilidad o pobreza de los jóvenes.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que maneja este informe, el 40 por ciento de los jóvenes entre 16 y 29 años que viven en España están en riesgo de pobreza o exclusión, tasa que sube al 58,4 por ciento cuando se trata de jóvenes en paro. Por ello los autores y patrocinadores de este informe se han unido para pedir al resto de empresas y al Gobierno que tomen medidas al respecto. En concreto, abogan por iniciativas orientadas a  «prevenir el abandono escolar, buscar la reintegración en la educación, facilitar la transición de la educación al empleo y hacer en definitiva al joven más empleable».

Sobre este asunto, el trabajo afirma que en España “la oferta formativa no evoluciona al ritmo de las necesidades de las empresas”, especialmente cuando se trata de la formación profesional. “Es necesario flexibilizar, en la medida de lo posible, los procesos de adaptación de los contenidos curriculares por parte de las autoridades competentes a las necesidades reales de las empresas”, concluye.

En la misma línea, afirma que “la empresa tiene que involucrarse más proactivamente en la definición de los nuevos requisitos formativos y utilizar los cauces legales de contratación juvenil que permiten la incorporación del joven a la empresa durante su etapa formativa en base al modelo de formación profesional dual”.

Por su parte, Báñez anunció su intención renovar la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven para el periodo 2017-2020. Se trata de un programa de 100 medidas a favor de la orientación, la formación, el emprendimiento y el empleo entre los jóvenes que el Gobierno puso en marcha en 2013 y que, según la minsitra, ha propiciado 1,5 millones de oportunidades de empleo a jóvenes desde entonces.